
El asma es una enfermedad inflamatoria de las vías intrapulmonares, que afecta la respiración y es una de las causas más comunes de la pérdida de días escolares.
Algunos de los síntomas característicos son la tos (especialmente en la noche), sibilancia, dificultad para respirar, dolor de pecho (opresión o malestar), la pérdida de interés en deportes o actividades físicas y se diagnostica mediante la evaluación de la función pulmonar.
Si bien el asma puede no manifestarse sino a través de mínimos síntomas en el día a día, hay distintos factores que pueden agravarlo y desencadenar un ataque. Entre estos factores se encuentran el horario nocturno, la actividad física, el moho o humedad, un resfriado, el humo de cigarrillo o alergias estacionales.
Existen distintos tratamientos para el asma, que el pediatra o médico especialista evaluará según cada caso. Por ello es importante hacer un seguimiento diario de la enfermedad, de los síntomas, frecuencia de los ataques, reacción y efecto secundarios a los medicamentos, evaluar cómo afecta la vida diaria del niño y reconocer cuándo es necesario ver al médico o recurrir a la emergencia.
El asma es tratable, por es importante su diagnóstico y tratamiento, para lograr la mejora en calidad vida de su hijo.
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